CASO N°72
Varias veces me pregunté si convenía incluir en este blog a los casos más groseros, más repugnantes a la memoria verdadera, aquellos más alejados de la supuesta intención que se tuvo al crear aquel monumento dentro del correspondiente parque. Y decidí que era apropiado, un poco para complementar aquellos que ya presentó Ceferino Reato en el video que puede verse en la introducción a este trabajo, y otro poco para intentar ilustrar a la gente más joven que no ha vivido la época o era lo suficientemente joven como para no haberse percatado en aquel tiempo de todo lo que ocurría.
Pues bien, el día 19 de julio de 1976, en base a indicios aportados por vecinos, que dijeron a las autoridades que "allí se reunía gente rara", una patrulla del Ejército, acompañada por efectivos policiales se presentó en el edificio ubicado en la calle Venezuela N°3145 de Villa Martelli, y tocó la puerta del departamento "B" en el segundo piso. Salió a atender una mujer, supuestamente Liliana Delfino (en ese momento pareja del jefe del ERP y hermana de otro miembro de la misma guerrilla, caído en 1972 durante la llamada "Masacre de Trelew"), quien al advertir la presencia militar dio el alerta y se corrió de la línea de fuego, momento en el cual el resto de los presentes dispararon sobre quien encabezaba la patrulla, matándolo al instante. Se trataba del capitán Juan Carlos Leonetti. El resto de la tropa respondió al fuego ultimando a Mario Roberto Santucho y a su lugarteniente Benito Jorge Urteaga. Clarín informaba así en su portada del 20/07/76:
Asimismo, el diario El Litoral de Santa Fe en su edición del mismo día informaba que "Santucho y otros cuatro sediciosos fueron abatidos", aclarando además la caída en el combate del capitán Leonetti pero sin dar indentidad de los otros fallecidos del PRT-ERP:
Y La Nación del 21/07/76 provee una cantidad mayor de detalles sobre el operativo, confirmando que hasta ese momento las muertes confirmadas son las de Santucho y Urteaga, además de la del capitán Leonetti:
Quienes vivimos esa época recordamos la conmoción que produjo el suceso, acompañado de una sensación de alivio por razones más que obvias, que compartía la enorme mayoría de la población.
Hasta sabíamos dónde había ido a parar el cadáver de Santucho; esto es algo que no podemos confirmar, pero en apariencia fue embalsamado y exhibido en el "Museo de la Subversión", que funcionó en Campo de Mayo durante algunos años hasta que fue desmantelado. En él se exhibían muchos objetos capturados en operativos antisubversivos, incluso el diploma de contador público a nombre del propio Santucho, armas, pertrechos, literatura diversa y hasta una réplica de la "cárcel del pueblo" donde el ERP tuvo en cautiverio al entonces mayor (coronel PM) Argentino del Valle Larrabure. En la revista "Gente" del 26/10/78 se publicó una nota a varias páginas referida a ese museo. A continuación se puede ver una parte de la misma:
Hasta sabíamos dónde había ido a parar el cadáver de Santucho; esto es algo que no podemos confirmar, pero en apariencia fue embalsamado y exhibido en el "Museo de la Subversión", que funcionó en Campo de Mayo durante algunos años hasta que fue desmantelado. En él se exhibían muchos objetos capturados en operativos antisubversivos, incluso el diploma de contador público a nombre del propio Santucho, armas, pertrechos, literatura diversa y hasta una réplica de la "cárcel del pueblo" donde el ERP tuvo en cautiverio al entonces mayor (coronel PM) Argentino del Valle Larrabure. En la revista "Gente" del 26/10/78 se publicó una nota a varias páginas referida a ese museo. A continuación se puede ver una parte de la misma:
Pero claro, y como no podía ser de otro modo, el fundador y máximo jefe del PRT-ERP, responsable directo de todas y cada una de las acciones armadas que regaron de sangre el territorio nacional mientras operaron, e hizo vivir un infierno al empresariado local y extranjero en su momento, figura en la base de datos del Parque como "detenido/desaparecido".
Estimado lector, indígnese tranquilo que aún es gratis.
Estimado lector, indígnese tranquilo que aún es gratis.
Gracias por compartir estas verdades fundamentales de nuestra historia, de lo contrario, se perderían en el olvido.
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