Mediante la ley 46 (1998) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se instituyó la base de este proyecto, que incluye un monumento y un "grupo poliescultural", que en su conjunto constituye el llamado "Parque de la Memoria". Dice el art.1°: "
Destínase, en la franja costera del Río de la Plata, un espacio que será afectado para su uso como paseo público donde se emplazará un monumento y un grupo poliescultural, en homenaje a los detenidos-desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado durante los años '70 e inicios de los '80, hasta la recuperación del Estado de Derecho".
Agrega el art.2°: "El Monumento debe contener los nombres de los detenidos-desaparecidos y asesinados que constan en el informe producido por la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Co.Na.Dep.), depurado y actualizado por la Subsecretaría de Derechos Humanos y Sociales del Ministerio del Interior de la Nación, los de aquellos que con posterioridad hubieran sido denunciados ante el mismo organismo, o proporcionado conjuntamente por los Organismos de Derechos Humanos. Además, contará con un espacio que permita la incorporación de los nombres de aquellos detenidos- desaparecidos o asesinados durante el período citado en el artículo 1º, que pudieran denunciarse en el futuro."
A su vez, el art.3°, que tendrá una importancia especial para lo que trataremos a continuación, establecía la creación de la "Comisión Pro-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado", integrada por el vicepresidente primero de la Legislatura, once diputados (respetando la proporción de los bloques representados), cuatro funcionarios designados por el Jefe de Gobierno de la CABA, representando a las áreas involucradas en el cumplimiento de esta ley, un representante designado por la Universidad de Buenos Aires, y un representante por cada uno de los "organismos de Derechos Humanos" detallados en el anexo II de la misma ley.
Nótese que ya empezamos mal; el texto dice "en homenaje". Según el diccionario de la RAE, homenaje es la "sumisión, veneración, respeto hacia alguien o de algo". O en otra acepción: "Acto o serie de actos que se celebran en honor de alguien o de algo". ¿Eran honorables o dignos de veneración y respeto los individuos cuyos nombres se encuentran tallados en este monumento? Por supuesto que no; entre los 8.751 registros existentes a octubre de 2020 podrá haber algunas pocas excepciones, pero en su abrumadora mayoría se trataba de miembros de organizaciones político-militares que murieron y cometieron toda clase de delitos en pos de esclavizar al país. Nada más lejano que otros monumentos similares que existen en el mundo libre y homenajean a caídos en la lucha por la libertad. Aquí es al revés: un país supuestamente parte del mundo libre, homenajea a guerrilleros comunistas que tomaron las armas para abolir la Constitución e instalar una tiranía marxista-leninista.

No es objetivo de este trabajo el calificar la metodología utilizada por las Fuerzas Armadas y de Seguridad que tuvieron la misión de combatir contra la subversión; sólo podemos decir que, luego de sufrir una enorme cantidad de atentados que costaron muchas vidas y muchos bienes, se decidió utilizar métodos de combate que no eran nuevos, por crueles e inhumanos que pudieran parecer (¿Qué guerra no es cruel e inhumana?). Eran los más calificados y efectivos dentro de las academias militares de todo el mundo para enfrentar este tipo de guerra, una no convencional en la cual los combatientes enemigos no usaban uniforme y estaban infiltrados en todas partes; podían estar en las escuelas, universidades, fábricas y en tu propia casa. La estructura celular que utilizaban, tomada de las enseñanzas de Lenin, hacía prácticamente imposible el combate por una vía convencional. Así es como se hizo en la Batalla de Argel y en el Programa Phoenix contra la guerrilla del Vietcong, en Vietnam.
Pero el hecho de que todo haya terminado en una masacre no convierte a las víctimas en gente inocente, ni mucho menos; eran criminales antes de ser eliminados y su infamia no se borra ni por el paso del tiempo ni por la forma en que perecieron.
Volviendo al monumento, resulta particularmente triste ver cómo se induce a error a la gente sobre el contenido de semejante adefesio. Se invita a personalidades o mandatarios extranjeros a visitar el predio como si se tratara de un panteón de héroes en la lucha por la libertad, al estilo de los liberadores de Europa en Normandía. Ver en la siguiente imagen la presencia de Angela Merkel:
Pero la historia real es bien diferente. Es más, en la ley se habla de "asesinados" o "detenidos-desaparecidos",
pero la lista está plagada de individuos que murieron en combate, mutilados por sus propias bombas o hasta ejecutados por sus propias organizaciones terroristas. Esto es lo peor de todo; no se dice la verdad sobre lo ocurrido. Esta es precisamente la intención de este trabajo. Brindar al lector toda la información disponible sobre los hechos que llevaron a esas personas a engrosar la lista elaborada por esos "organismos de derechos humanos", que no son otra cosa que los familiares, amigos y herederos ideológicos de aquellos subversivos. Como se dijo en el subtítulo, termina siendo un homenaje al terrorismo marxista-leninista, cosa que parece confirmar en forma rotunda el siguiente mensaje que presenta el monumento:

"Los que murieron combatiendo por los mismos ideales de justicia y equidad". Creo que no quedan dudas, luego de traducirlo al lenguaje común, de que los "ideales de justicia y equidad" eran la implantación del sistema comunista al estilo cubano. Esto es lo que, lamentablemente, la ciudad de Buenos Aires tiene para exhibir a los turistas dentro de la amplia variedad de bellezas naturales y arquitectónicas que posee.
Ese monumento se complementa con algunas estructuras elaboradas por artistas argentinos que no desentonan con el ambiente "revolucionario" que aquél pretende instalar; por ejemplo, el panel con la inscripción "pensar es un hecho revolucionario", de Marie Orensanz, o la efigie del teniente primero de la organización Montoneros, Luis Rodolfo Guagnini, diseñada por Nicolás, uno de sus hijos (ver imágenes a continuación).

Pero en algún momento la verdad saldría a la luz. En marzo de 2016, al cumplirse 40 años del golpe de Estado de 1976, que hoy demonizan casi todos, pero que en aquel momento esperaban casi todos como si del maná cayendo del cielo se tratara, el periodista Ceferino Reato produjo un informe para el portal Infobae, mediante un video que publicamos a continuación. El mismo se titula "Los nombres ocultos del Parque de la Memoria", y presenta los casos más groseros de aquellos que en párrafos precedentes hemos mencionado como no pertenecientes a la categoría de "asesinados" ni "detenidos-desaparecidos". Especial atención merece lo que dice cerca del final de su exposición acerca de la "Comisión Pro-Monumento":
En el mismo sentido, aunque con un énfasis diferente, vamos a presentar en futuras entradas de este blog otros casos, algunos verdaderamente indignantes, de guerrilleros caídos en combate y registrados en la base de datos como "asesinados" o "detenidos-desaparecidos", omitiendo los ya mencionados por Reato para no caer en repeticiones innecesarias.
¿Cómo pudo suceder esto? La respuesta habría que buscarla en la psicología, tratándose de una especie extraña de "Síndrome de Estocolmo" que provocó empatía en grandes capas de la población con la lucha revolucionaria, luego de la tragedia vivida en los años '70. Pero parece no ser algo nuevo; el escritor Marcos Aguinis, en su indispensable obra "El atroz encanto de ser argentinos", citó observaciones efectuadas por Charles Darwin cuando pasó fugazmente por nuestra tierra en 1833, en medio de su periplo mundial en el HMS Beagle, comandado por el capitán Robert Fitz Roy. El autor de El Origen de las Especies quedó impresionado por la "extraña solidaridad que se tenía con el delincuente, como si hubiese una subterránea identificación del ciudadano común y los que violan la ley" (Aguinis, ob.cit., pág.19).
Y todo en medio de un oscurantismo medieval promovido por quienes crearon esta "historia oficial" que no puede ser cuestionada desde ningún punto de vista, so pena de ser arrojado a la hoguera del ostracismo absoluto.
Aunque parezca extraño, mucha gente (aún los ciudadanos de mayor edad) no sabe o no ha leído que a partir del triunfo de la revolución castrista en Cuba, toda la América Latina se convirtió en un teatro de operaciones de la Guerra Fría. Cuando aún no se había hecho público el carácter marxista-leninista de la revolución, ya se planeaba en las sombras (especialmente por iniciativa de Ernesto Guevara) la "exportación" de la lucha armada. Jorge Ricardo Masetti, periodista de Radio El Mundo que cubría las andanzas del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, sería el encargado de poner en marcha los planes del Che para Argentina, al menos en una primera etapa. Entraba en acción el "Ejército Guerrillero del Pueblo" en Salta, desbaratado en mayo de 1964 por la Gendarmería, cuyo director por entonces era el general Julio Alsogaray. A continuación publicamos un reportaje efectuado a este oficial por la revista Primera Plana, el 5 de mayo de ese año, donde detalla las características de aquella guerrilla y de las operaciones para combatirla. Paradójicamente, sus dos hijos (Juan Carlos y Julio Jorge) se incorporaron años más tarde a Montoneros, y el primero (caído en Tucumán en febrero de 1976) había participado del atentado con bomba contra el Hércules C-130 que transportaba decenas de gendarmes, provocando varios muertos y heridos graves.

Apenas un poco más tarde, el 21 de julio de 1964, se produjo en pleno centro de Buenos Aires una devastadora explosión que casi demuele un edificio situado en la calle Posadas 1168. Al principio se pensó en un escape de gas, tal como lo reflejó la prensa de la época.
Pero no era eso. El departamento 108 de ese edificio servía como cuartel general de las FARN (Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional), un experimento guerrillero que también contaba con la bendición del Che Guevara y era instrumentado por Angel "El Vasco" Bengochea, un ex militante de Palabra Obrera, el grupo trotskista orientado por Nahuel Moreno que por aquel entonces hacía "entrismo" en el movimiento peronista. Pero algo salió mal y el departamento voló en pedazos, matando a Bengochea, a otros terroristas y a una familia entera totalmente ajena al hecho.

Semejante desastre puso fin a la iniciativa subversiva, ya que la muerte de varios de sus protagonistas más la investigación posterior del hecho no dejó lugar para ninguna continuidad. La idea de Bengochea era establecer un foco guerrillero en Tucumán, en la zona de los ingenios, y originalmente tuvo la intención de establecer un esfuerzo conjunto con el grupo de Masetti en Salta. Ver en los titulares de Clarín: "Habría conexión con los guerrilleros" (los guerrilleros eran el grupo de Masetti).





Varios de los sobrevivientes de este grupo terminarían formando las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas), entre ellos Amanda Peralta (foto), la única mujer que llegó a combatir en Taco Ralo, al sur de la provincia de Tucumán, donde esa agrupación intentó establecer otro foco guerrillero hasta ser desbaratada por la policía local, en septiembre de 1968. El ministro del Interior de entonces, Dr.Guillermo Borda, declaraba: "Son hombres que se dicen peronistas, pero por toda la información que tenemos, en realidad son castro-comunistas", lo que era absolutamente cierto.

Hasta aquí la introducción, para que el lector tenga una idea de la dimensión de la "invasión" castrista en América Latina y también en otros lugares (los agentes y guerrilleros cubanos intervinieron también en Argelia y el Congo). Pero en ningún otro lugar echó raíces como en Argentina; en ningún otro lugar del planeta hubo tantos grupos guerrilleros de orientación comunista como en nuestro país, si bien algunos terminaron fusionándose con los principales, fundados el mismo año (1970) y que fueron el PRT-ERP y Montoneros. Cuba se encargó de dar entrenamiento militar a muchos de los militantes que participaron en la lucha armada dentro del país, especialmente en la década del '60 y a partir de la fundación de la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) en 1967, con el objetivo de coordinar la lucha revolucionaria desde La Habana.
Hoy, esos guerrilleros que dejarían un río de sangre en nuestro territorio con el objetivo indisimulado de instalar un totalitarismo comunista, son "homenajeados" en el así llamado "Parque de la Memoria".
Aunque parezca increíble.
A continuación, y en un orden numerado aunque no cronológico ni alfabético, presentaremos los casos más resonantes de individuos o grupos que definitivamente no forman parte de gente "asesinada" o "detenida-desaparecida" por el terrorismo de Estado, y sin embargo tienen su nombre inscripto en este monumento.