CASO N°103




En la edición del 12/04/75 del diario El Litoral (Santa Fe) se publica una noticia destacada con el título: "Mueren cinco extremistas en un tiroteo en Campana". En el texto se relata cómo varios individuos detuvieron a punta de metralleta a un camionero que trasladaba varias toneladas de semilla de girasol.



El tema es que no esperaban encontrarse con patrullas policiales que regresaban de un procedimiento y, al darse cuenta de la acción, les dieron la voz de alto; lejos de acatarla, los extremistas (de la organización "autoproscripta", como se le llamaba en la prensa a Montoneros en aquellos días) la emprendieron a balazos contra los agentes. De modo similar informa el diario Tribuna de Olavarría en la edición del mismo día:


Ambos diarios reproducen el reporte policial donde se indicaba que uno de los combatientes fue ultimado cuando se disponía a arrojar una granada de mano contra las fuerzas policiales.
¿Y cuál fue la versión de Montoneros? En la página 47 de "Evita Montonera" N°4 de abril 1975 vemos una línea bajo la fecha 12/04 indicando "Cinco montoneros caen en combate en Campana". No obstante, remiten a la página 42. 


Y en esa página 42 se detallan acciones que más o menos coinciden con lo informado por los diarios, excepto un mini-guión cinematográfico que agregan en la última parte, dando un tono más épico al asunto, por lo que dos o tres de esos guerrilleros habrían sido "fusilados" por la policía. Pero el relato tiene patas cortas. No se entiende cómo uno de los que logró fugar, luego de correr sin parar, pudo ser "testigo directo" de la rendición y fusilamiento. Cabe destacar que el historiador peronista Roberto Baschetti, muy celoso a la hora de diferenciar enfrentamientos reales de los simulados, en ninguno de estos casos habla de fusilamientos.



Pero como resulta obvio, para los muchachos del Parque no hay diferenciación posible. Todos los aquí involucrados fueron "asesinados". Ni siquiera hace falta aclarar qué entiende el diccionario de la RAE por "asesinar", pero no está demás. Dice en su primera acepción: "Matar a alguien con alevosía, ensañamiento o por una recompensa". ¿Queda claro el aspecto psicológico de la extensiva y abusiva utilización de este verbo? Junto con la negación de la guerra revolucionaria, es clave en la construcción del "relato" con el cual nos intentan lavar el cerebro desde hace tantos años...


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